29 de enero de 2007

ESCALERA AL INFIERNO

La polvareda dejada tras la estampida hacia Julio Verne es corolada con risas y gritos propios de la ocasión. Muchos nos hemos refugiado a un costado de la casa del Juanqui, otros se ocultan bajo la ventana del mítico "Victor Garra". No debemos ser descubiertos por nuestra casa "favorecida".

- "SShhhhttt, cállate weón, no veí que estan sapeando por la ventana con la luz apagada", dice el Tata.

- "¡¡Que estai sapiando vieja culiaaaaaaaaaaaaaaaaa!!", grita Juanqui en su mejor esfuerzo para imitar al primogénito de Caperucito.

Estalla una de esas risotadas ahogadas por el temor a ser descubierto. Aún se ve una silueta en la ventana de la casa, que tiene una galería y una vista privilegiada hacia nuestros terrenos. Estratégicamente nos tienen de los huevos. Alguien se tira un peo.

-"Puta el weón hediondo", dice el Tata entre risas.

Me cago de la risa. Tirarse un peo en esa situación donde nadie puede arrancar ni alegar por su putrefacción, es un manjar reservado sólo para estos momentos. Me alegro de haber comido porotos en la mañana.

Cierran la cortina. Es hora de arrancar. Nos sentamos en la escalera del guatón Morsa satisfechos por la "misión cumplida", pero aún queda demasiada noche como para entrarse a ver Unovisión, y en su defecto, a las chicas de poleras mojadas del 12 x 24.

- "¿Qué hora es?", pregunta Juanqui agitado por el carrerón.

- "Es la hora de divertirse", contesta Oscar con risa de bufón.

- "¿Quedan bolsitas?", le pregunto.

- "Sí, ¿porqué?", me contesta con cara de intriga.

- "Pa seguir recolectando mierda poh", le contesto.

La idea es aprobada. Parecemos haberle robado el pasatiempo a los recién nacidos: Jugar con caca. La faena sigue pero esta vez hacia el sector de la perrera. No podemos arriesgarnos a ser sorprendidos por una brigada desde Tocornal. Sería un suicidio estratégico.

Cerca de la casa del Checoso la tierra es generosa y comparte varios trozos de bosta con nosotros. La madre naturaleza cree en nuestro gesto pro reciclaje y nos concede los más suculentos budines recientemente cuajados. Habíamos dado con un perro con diarrea.

- "UUuuuuuuuhhhhhhh", se iluminó el rostro de todos. Parecíamos niños con juguete nuevo.

Esta vez, el botín es cuantioso. Los más duros y blancos son desechados pero Juanqui insiste en tirarnos algunos trozos.

-"Ya poh weón córtala", le dicen todos.

Falta el "sitio del suceso". Pese a la cómplice soledad de la calle, aún se desplaza gente hacia sus hogares, sobre todo por la escalera que conduce a la calle de abajo: Eloy Caviedes. 


Las miradas se cruzan, las dendritas y neuronas hacen clic y ¡zas!. Un poste cagón alumbra a medias y deja en semi penumbras el lugar, ideal para una "intervención" artística.

- "Juanqui, quedate acá avisando si viene alguien", le digo.


-"Tu Tata ve abajo", le dice Oscar a su hermano menor.

De pronto se produce el instante propicio para actuar. Baja la temperatura y un viento frio sirve para refrescarnos del calor del verano, y de paso llevarse el olor a mierda bajo nuestras narices. La escalera es perfecta: El primer tramo está a medio iluminar y es lo suficientemente largo para "regarlo" a nuestro antojo.

Entre risas ansiosas ponemos a un "niño" en casa escalón, lo suficientemente oculto para que un caminante distraído bañe sus zapatos en esta plastilina de origen animal. La luz del poste empieza a oscilar, se prende y se apaga. Era el golpe de suerte que necesitabamos.

Debido a lo cuantioso del botín, sobran varias piezas de un rico valor que no estamos dispuestos a desperdiciar por ningún motivo. Pienso un minuto.

- "Ya weón, presta pa acá", le digo al Oscar.


- "¿Qué vai a hacer?", me pregunta.

Acto seguido, tomo los elementos de consistencia más licuosa y emulando a quién pulirá el pasamanos con abrillantador, lo embetuno con mierda para opacar su brillo y de paso sorprender aún más a nuestros queridos pasajeros.

Nos cagamos de la risa. Poco o nada podemos aguantarnos las ganas de comenzar a contar las víctimas. La mesa está servida y sólo faltan los invitados. Nada puede arruinar este gran momento. Entre risas vemos el agujero que dejó el "bombazo" de chispitas cuando el Tebby lanzó una piedra desde unos 3 metro de altura para detonarla.

- "Uhhh, te acordai de eso", me dice el Oscar.


-"Y te acordai que el gil culeco apareció entre el humo como Terminator", acota.

Subimos rápidamente y nos apostamos en nuestra trinchera con vista preferencial: Los altos de la casa del guatón Morsa. Una silueta se divisa a la distancia, es la primera víctima. La risas ansiosas no se hacen esperar ... queda poco para que el trabajo de una noche de vagancia de sus frutos.

Continuará ...

24 de enero de 2007

RECOLECTORES DE SORPRESAS



  • "¿Qué hacemos?", pregunta el Tata.

  • "Puta no sé, ni esperanzas que venga Marmolina en su auto mágico", contesto inseguro.

  • "No creo que pueda, parece que lo castigaron", acota Oscar.


Una cálida noche de verano parece acabar como muchas otras: Jugando al clásico "Calabaza, Calabaza". No rondan muchas almas por la calle, todo parece tranquilo. Ideal para una de esas pelotudeces brillantes propias del barrio de Julio Verne.

Extrañamente nadie ronda el sector de Castro. la escalera del guatón Morsa está desierta y sólo transitan aquellas personas que desean regresar a descansar a casa tras un arduo día de trabajo.

  • "Oye Oscar, ¿tenís papel de regalo?", pregunto con cara de eureka.
  • "Sí, parece ... pero, ¿pa qué lo querís?", me dice dudoso pero cagado de la risa.
  • "Adelantemos la navidad poh weón, regalemos sorpresitas", le digo en un tono burlón.
  • "Ja ja ja ja ... ", se rien todos con alma de complicidad.

Como es usual, todos desaparecemos un instante hacia nuestras casas y regresamos con los instrumentos necesarios para nuestro cometido: Papel de regalo, bolsas plásticas y lo más importante, una "palita". El objetivo: Hacer un barrido desde los Moyano hasta la perrera en busca de mojones de perro. Mientras más frescos mejores.

  • "Ya hueón, ponte la bolsa como guante", le digo al Juan Carlos.
  • "Pillé uno", grita emocionado el Tata, cual ganador del loto.
  • "Uhhhhhhhhhhhhhhhhh ...", exclamamos todos, " ... ¡¡y está en su punto!! ...", agrego.

Oscar se caga de la risa. Esta frase se convertiría en la "oficial" que debería decir un verdadero y auténtico "catador de mierda" a la hora de su aprobación. Hallar uno con choclos se constituiría más tarde, en el summum de tal extraña afición.

Luego de varios intentos fallidos, el botín es pobre. Pese a que la idea es considerada brillante, la población canina del barrio parecía no acompañarnos.

  • "Uuuhhhhhhhhhhhhhh cacha Oscar, cacha Lale, ven Tata ... ", grita Juanqui como loco.

Los ojos del grupo se iluminan como quien ha encontrado el santo Grial. Éramos los Howard Carter de la bosta, textualmente pisábamos la tierra santa de la meca. Un hedor insoportable nos hacía taparnos sin éxito nuestras narices, esbozando entre los géneros una sonrisa de pendejo malo quién se trae algo bueno entre manos.

  • "Lávate la concha poh weón", decía Juanqui en tono burlón.
  • "Mejor lávate los dientes voh poh", respondía otro.

Era un pescado podrido. Inerte yacía aquel tesoro indigno listo para ser depositado con guante de terciopelo en nuestros "mágicos" envoltorios, listos para repartir "felicidad" a nuestros amados vecinos. Sólo faltaba el objetivo.

  • "Vamos a cachar a Tocornal", dice uno de los muchachos.
  • "Ya poh", asiente el resto.

Acto seguido se lanzan a recorrer la calle vecina en busca de alguna víctima. Y cuando creíamos que nada iba a funcionar, sí lo hace aquel viejo y conocido dicho: "Cuando se cierran todas las puertas, se abre una ventana". Pasa una micro y nos hacemos los locos. "¡Ahora!", grita uno de los muchachos. Se ven luces encendidas, pero da lo mismo. La consigna es regalar "alegría".

  • "Satán Clos", grita con voz de mongolito Juanqui, imitando a Caperucito's boy.

El pescado raja el envoltorio y cae junto a la ensalada de choclos y chocolate por la ventana hacia el interior de la casa. Es hora de correr. Un tumulto de risas baja hacia Julio Verne gritando leseras dignas de la ocasión. Una luz se ha prendido en la casa "regalada". La operación fuga ha comenzado.

Continuará ...

23 de enero de 2007

"Negocios de Barrio"

"Los Moyano"

Hola Amigos


Acá les dejo un post del diario personal del Ale que relata la historia del negocio de la “Qza de León”… 

“Toda mi infancia compré en él. Recuerdo claramente su evolución a través de estos años. Cambios de dueños, mas no de familia; aperturas laterales, uso de vitrina, arreglos de fachada, entre otros. El negocio de Los Moyanos es parte de la historia de mi barrio…” Seguir leyendo


A todo esto me acordé que desde hace años que no veo al “pican las arañas”… también conocido como el “último de los moyano”, la última vez que lo divise andaba vestido medio punk, alguien sabe que fue de él?… a la que veo siempre es a la hermana del pican… esa cabra chica fea que ahora se cree mina… Increíble como cambian algunas cosas.

Nos vemos,

Oscar

17 de enero de 2007

CAMINO AL CAMPO


Foto tomada en Enero de 1998 camino al campo.
De izq. a der: Nana, Oscar, Fernando (en primer plano), Jaime, Osquito.

Hola. Aunque no es una foto muy antigua me pareció importante agregarla por tres motivos: el primero es que tengo muy pocas imágenes (tengo que escanear más). El segundo es que los campamentos eran muy entretenidos momentos en que podíamos compartir sanamente entre nosotros… lejos de nuestro querido barrio, de nuestros padres y de los que no iban. El tercer y más importante motivo es que aparece el Nana (Fernando Mundaca), nuestro amigo que se perdió hace 2 años en un viaje al extranjero en busca de nuevos horizontes.

Recuerdo campamentos notables como ese que fuimos con el doctor, o ese en que el Juanpy le dio sin querer una patada en el ojo al Nana y la cara se le puso imposible, o aquel en que el primer día, en una guerra de barro el Jaime casi deja ciego al Tata. Que buenos momentos ojala me ayuden a recordar…

Muchos artistas no aparecen en la fotografía, pero tengan por seguro que estaban en ese lugar.

Termino haciendo un homenaje a todos aquellos que estuvieron con nosotros, pero ya no más... principalmente a ti Nana y donde quiera que te encuentres espero que estés bien y confiado que las cosas cambiarán para mejor.

Oscar

MIRANDO POR EL RETROVISOR

Foto tomada en diciembre de 1996 en el auto de Jaime.
De izq. a der: Jaime (Piloto), Juan Carlos (con jockey blanco), Alexis (sacando la foto), Fernando, Oscar y Rodrigo "Checoso" (sólo frente).


Hola a todos. Hace algunos días me encontraba dando los abrazos que señalaron el inicio de un nuevo año ... uno más, como dice aquella famosa cumbia, el 2007. Dentro de todas las cosas que pasan por tu mente en las postrimerías de lo que significa el finalizar un año y comenzar otro, inevitablemente piensas en todo lo que has sido, lo que eres, y lo que quieres ser.

Sueños, anhelos, alegrías, tristezas, arrepentimientos y quizás algunas frustraciones, son a grosso modo, lo que transcurre en torno a la vida de un individuo común y silvestre como quién escribe. Muchas veces el comienzo de un nuevo ciclo de 365 días pareciese tener que avocarse a nuevos proyectos o empresas, pero esta vez el ejercicio que inicio, junto a uno de mis amigos involucrado directamente en lo que significa, parece tener un carácter retroactivo.

Un retrovisor. Algo tan simple como un trozo de vidrio que nos permite vigilar nuestras espaldas mientras conducimos un vehículo, esta vez da inicio de manera simbólica a lo que esperamos reúna, aunque sea de manera virtual, a este gran grupo de amigos que una vez corrió, habitó y dio vida a la calle Julio Verne del cerro Barón de Valparaíso.

Digo simbólica porque el inicio de esta aventura parte mirando hacia atrás, hacia lo que fuimos, vivimos y anhelamos; una revisita a los acontecimientos que forjaron y moldearon lo que hoy somos, habitando en planetas personales muy distintos, pero que tuvieron su génesis en una convivencia común que partió por 1984 y se mantuvo de forma sostenida hasta 1997, año que la calle quedó vacía para que cada uno comenzara a forjar su destino ya no como clan, sino como personas individuales.

Si bien es cierto, muchos de los chicos mantienen un estrecho lazo hasta hoy, los más se alejaron o simplemente el contacto ya no fue "en terreno". Como haya sido, doy inicio junto a Oscar a esta nueva edición recargada de "El Farso", aquel diario que nació de nuestra sana insanidad infantil durante 1988 y que sin quererlo se transformó en la evidencia más concreta de aquellos días. Espero les traiga más de un recuerdo.

¡Bienvenidos!

Alexis