27 de marzo de 2007

"DA LA CARA AL PAÍS" DIJO EL RAPERO A LAS 4 AM

Las vacaciones de fiestas patrias se acercan y con ellas el callejeo propio de nuestra edad. Útiles, cuadernos, libros y todo lo que emane ese penetrante y a la vez despreciable olor a escolar, queda momentáneamente suspendido y relegado a un rincón de ese exquisito olvido que es la despreocupación.

Me han prestado un Super Nintendo, que por estos tiempos es la novedad del año en cuanto a videojuegos se refiere. El Pelao Castillo se rajó y ahora puedo disfrutar del popular "Street Fighter 2" en mi casa, en mi propia tele. Un sueño para unos videomaníacos como mis amigos y yo.


Pero el Castillo sólo me ha prestado la consola y un juego del rol llamado "Drakhen" que es pésimo e indescifrable, por lo que quiero cambiar de juego. Decido ir a ver el videoclub del "Pirata", un tipo que a duras penas sobrevive tras el auge del VHS a fines de los ochenta. Hoy es más un minimarket que un club de arriendos.

- "Hola, que tal", digo observando alrededor. "¿Qué juegos de Super tiene para arrendar?, pregunto.
- "Sólo me quedan estos", me dice el "Pirata", que poco y nada sabe de títulos.
- "Ah, ya", le digo pensando en los bodrios que me estaba mostrando. "Bueno, gracias de todas formas", le digo desilusionado mientras me apresto a salir del negocillo.

De pronto, y como una aparición casi tan programada como los irreales actores de Truman Show, aparece el "Juani", compañero de la básica y que también vivía en el cerro. Saludo por
cortesía. Debo confesar que sólo guardo buenos recuerdos de dos amigos de ese entonces, el resto no me parece interesante en lo absoluto.

-" Hola poh Ale", me dice con aquel clásico aire de grandeza de quienes no se han visto en harto tiempo y pretenden parecer más guapo y canchero que el otro.

-"Hola poh", le digo de reflejo. "¿En qué andai?," le pregunto.

-"Acá devolviendo un juego de Super", me dice mientras mis ojos se desvían hacia el cartucho para ver qué juego era. Lo diviso y me doy cuenta que es una bosta.

-"Uhh, yo igual venía a eso pero están re fomes los juegos. ¿Cuál tenís tú?. Podríamos intercambiar", le digo.

-"Ya poh, tengo el Street Fighter 2", me dice mientras mis ojos se ponen como los del gato con botas de Shrek 2.

-"Yap, yo te presto este que es bacán", le respondo mostrándole mi super juego.

Trato hecho. Intercambiamos cartuchos y le doy mi fono para que coordinemos la devolución. Ambos partimos como rayo a nuestras casas para disfrutar la novedad que teníamos encima. La diferencia radicaba en que yo tenía la diversión asegurada, mientras que mi compañero iba directo al aburrimiento mismo.

Luego de saciar todas nuestras ansias jugadorísticas con mis amigos, era hora de hacer el clásico calabaza, calabaza. El agotamiento visual me derribó por completo, sumiéndome en un profundo sueño, sólo interrumpido por un inesperado llamado telefónico a eso de las 4 AM.

-"¿¿¿Aloooo??? ¿Kikeeee?", decía una desorbitada pero reconocible voz. Era el "Juani".

-"Kiiikeeeee, no seai maricón, da la cara al país, Kikeeee", decía entre los murmullos de un gran carrete a sus espaldas. Había risas que ensalzaban más su inusual llamado.

No sabía si reírme o hablar. Sólo atiné a escuchar y a tratar de descifrar tanta mierda enlatada telefónicamente.

-"... te doy tres segundos para hablar ... uno .... dos .... tres ....", contaba evidentemente drogado y curado.

-"¡¡Ya, sabís que más, te regalo el casete pero igual te voy a pillar con los cabros!!", me decía mientras lo imaginaba junto a una turba de raperos al son de Public Enemy persiguiéndome por las calles de Barón. Sólo atiné a sonreir e imaginar como derrotar a M. Bison al día que comenzaba dentro de poco y me dormí.



Publicación del Farso que relata lo sucedido la noche en que "El Rapero" me emplazó a dar la cara al país.

12 de marzo de 2007

CAPERUCITO EN ARMAS, LA VENGANZA

No había vuelta atrás. La afrenta ya había mancillado nuestro orgullo de pandilla y sólo restaba desquitarse del injustificado ataque por parte de Caperusito. Es temprano y Juanqui toca el timbre de mi casa. Estoy solo así que lo invito a almorzar mientras craneamos alguna forma de webear a quien nos atacara días atrás.

- "Oye, ¿y si lo hueviamos por teléfono a este viejo culiao?", le pregunto a Juampi.

- "Ya poh ... ja ja ja, demás que está arreglando una tele", me contesta.

Mientras la pizza está lista, buscamos el número en la guía de teléfono. Nirvana es la banda sonora del momento, el que quedaría registrado en una grabadora de bolsillo que me habían prestado hace unos días.

- "Uuuuhh, grabemos esto ... ja ja ja, después nos cagaremos de la risa", digo.

- "¡¡Siiii, y después se las mostramos a los cabros!!!", me contesta con cara de niño con juguete nuevo.

- "Acá está", interrumpo apuntando el número de nuestra víctima en la guía de teléfonos.

La radio suena a todo lo que da. No es un equipo por lo que no suena muy bien, pero nos inspira para descargar la furia contra uno de los tantos némesis con que la calle nos había regalado. "In Utero" rota en el cd player y Juampi empieza a marcar. Yo me coloco en el otro auricular para interrumpir cuando sea necesario. Suena el tono de marcado.

- "¿Alo?", contesta una voz lejana.

- "¿Aló buenas tardes, estará Caperusito?, ¿Aló, Caperusito?", dice Juanqui con un tono dudoso, pero conteniendo un rosario listo para descargar en el momento preciso. No hay respuesta aparente. Pareciera ser que nuestra víctima recuerda a quienes llamó "Caperusitos" sin motivo.

-"¡¡¡ Contesta poh conchetumadre, no te hagai el weón!!!", esputa sin misericordia tras los pocos cojones de nuestro aludido. Me uno ipso facto a la arremetida.

La catarsis es total. Las risas no son las menos. Nos parece increíble poder hablar tanta mierda sincronizada sin ensayo previo. Decidimos darle un descanso al canalla y huevear a otros números. El juego se torna divertido.

Restorantes, casas particulares y especialmente los mismos vecinos del sector se convierten en los principales objetivos de nuestras infantiles pero divertidas pitanzas. Palabras como "culiá", "pichula" y "sapo" son los principales caballitos de batalla para un pueril e inocentona revancha.

-"Llamémoslo de nuevo poh", me dice el Juanqui impaciente, con una risa a lo Beavis en el rostro.

-"Acá está el número. Dale no más", contesto.

Esta vez ponemos el micrófono de la grabadora cerca del auricular y bajamos el volumen de la radio para registar todo detalladamente. No podemos fallar. "Tuuuuuut", suena el tono de marcado.

-"¿Aló?", contesta la esposa del Caperuso.

-"¿Aló, estará su esposo?", dice Juanqui esta vez para pasar más piola.

-"Sí, a ver, espere", le dice amablemente la voz.

Nos sobamos las manos y nos aguantamos las carcajadas. Esta vez nos tiene que hablar.

-"¿Aló, buenas tardes?", dice una voz amable. Es él.

-"¿Aló Caperusito?", dice Juanqui.

-"Sí, con él" contesta. Ha entrado en nuestro juego. Sabe quiénes somos.

-"¿A voh te gusta la pichula?", le pregunta inquisidor el punkrusio.

-"¿Con quién hablo?", le dice irónicamente el hombre de los piedrazos.

-"Ehhhh ... con el Magnate Cachero* ....", duda peligrosamente Juanqui.

-"¿Y no te duele el poto?", le devuelve un canchero Caperuso. Cuelga.

El gusto no es de triunfo absoluto, pero si de haber equiparado las fuerzas. Es suficiente por hoy. Mis viejos ya llegarán y la cuenta del fono no aguantará tanto tampoco. Revisamos nuestra grabación y salimos a la calle en busca de algunos escuchas interesados en reír con nuestras payasadas.

A D V E R T E N C I A

A continuación ponemos a disposición vuestra las grabaciones originales de los diálogos aquí contados. Sólo se han subido aquellos aludidos acá, pero la grabación es mucho más extensa. Debido al fuerte contenido explícito verbal de las mismas, se recomienda no escucharlo a parlantes abiertos, sobre todo si estás en una oficina o en la universidad. Por su comprensión gracias.

Pitanza a Caperusito 1
Pitanza a Caperusito 2
Pitanza del Llamado de la Fortuna

Alternativa Pitanza 1
Alternativa Pitanza 2
Alternativa Pitanza 3

* El Magnate Cachero es uno de los tantos personajes pertenecientes a la fauna de las películas producidas por John Goodman durante el período 1994-1996, cuya principal característica era el cuestionario al final programado con un Atari.

1 de marzo de 2007

Banco Patolines

Regalitos, club de amigos (Los Potatos o el Anti Pablo Ruiz), equipos de fútbol, pruebas de destreza física, guerras varias, Teletones (como la Checotón), campeonatos de tenis (Que hoy terminan en la búsqueda del top one de Baronx: Mano de piedra Checoso o el Mago Hale), venta de helados… Éramos un equipo organizado y completo de muchachos. Esta es la historia de nuestro banco….

Buscando en mi baúl de recuerdos encontré mi antigua libreta de ahorros del Banco Patolines (a la derecha)…. A mi amigo Alexis, su primo Rodrigo y creo que a mí por esos años se nos ocurrió hacer un banco con el fin de ahorrar dinero… era el verano del año 1991 y la idea parecía buena, ahorrar por un tiempo para después poder comprarse algo entretenido… quisimos hacer algo serio, al comienzo las cosas partieron bien y el Ale como siempre se organizó y preparó las libretas de ahorro, no recuerdo cuantos éramos los integrantes, sólo recuerdo que alcance a depositar $20 pesos (incluso para esa época era poca plata), el Ale, el Rodrigo, la Paola (hermana del Ale) tenían depositado mucho más, y así lo hicieron constantemente por algunas semanas… Ahora pienso que si hubiésemos seguido ahorrando en nuestro banco el día de hoy seríamos todos multimillonarios (ZAAAA!), aunque yo que depositaba menos sólo sería millonario… Bueno lo que paso después, para mi fue un misterio… un día me enteré que habíamos quebrado… la parecer mis $20 pesos murieron en un helado en la boca del Ale… 

Aunque hablando en serio, ese banco me sirvió para conocer el poder del ahorro…
A todo esto los $20 pesos que deposite ni siquiera alcanzaron para llenar la libreta .

Oscar

Pd: se viene la historia cuando el Waton se metió a mi casa y rompió el billete de 5 lukas que había arriba de la mesa del comedor.